De los libros en su novedosa presentación, en crema o pomada, y sus usos sugeridos: untada sobre el pan, una sustanciosa novela puede alimentar el alma al tiempo que el cuerpo; mientras algún cuento corto sobre un tallo de célery sirve de pasatiempo y pasapalo a la hora de la merienda y me dicen que ciertas historias en pasta hacen un excelente relleno para el chocolate oscuro (siempre en porcentaje superior al 70% de cacao). Pero no acaba allí la utilidad de los libro en crema o linimento, pues los hay que se aplican con ventaja sobre heridas leves y picaduras ponzoñosas. Los tres tomos de las mil y una noches se aplican con ventaja sobre las piernas depiladas de las mujeres bonitas para instruirlas en el arte de seducir con cordura y sensatez; Justine es un lubricante extraordinario para casos de reticencia y por si fuera poco, puede usarse para sacar brillo a los muebles y los zapatos de cuero, y como brillantina para el cabello. Atlas descrito por el cielo viene en ungüento balsámico que frotado suavemente sobre los párpados garantiza sueños leves con viajes fructíferos a países de ultramar. Se ha observado una notable mejoría en el funcionamiento mecánico de partes lubricadas con manuales de ingeniería naval o aérea en vaselina y por último parece que hay confecciones para el sol, que permiten un bronceado duradero y protegen los labios de resquebrajaduras, pero no las he probado.
Uno desatiende la página y pronto es como un jardín salvaje, lleno de yerbajos, un lugar desolado por el que brotan estatuas de piedra porosa, pintadas de líquenes y musgos umbríos.
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