Sansón era feroz y muy fuerte; éstas son sus características destacadas, y no son necesariamente cualidades. Todo esto sucede en la edad de hierro, cuando los filisteos son más fuertes porque dominan la tecnología del hierro, mientras sus adversarios, los israelitas, son un pueblo rural que debe valerse de ardides, artimañas, tretas, estratagemas (a veces de moralidad dudosa) para vencer al enemigo. Las armas de que dispone son la fuerza bruta (poco fiable, como se verá) y la astucia.
Mata a mil con una quijada de burro. ¿No es una alusión directa a Caín? Con su violencia desatada, demuestra ser un descendiente directo de la raza maldita. Es violento, fácilmente se inflama y estalla en furia, y esta furia lo ciega. En cualquier caso, lo mueve la sed de venganza.
No sigue los preceptos ni las indicaciones de su pueblo; de hecho, se refugia allí con todo un ejército enemigo detrás de él, poniendo en evidente peligro a su pueblo.
Después de una noche con una prostituta (filistea), sale llevándose las puertas de la ciudad (¿otro símbolo?). Y luego conoce a Dalila.
Dalila es una tejedora. Posiblemente también sea un bicho raro, pues vive sola…
Es comprada por una gran suma de dinero en plata, pero pareciera más bien que quisiera probar cuál es la extensión del amor de Sansón. Por eso le pregunta insistentemente cuál es la raíz de su fuerza, a ver si él se atreve a revelarle su debilidad, es decir a desnudarse, hacerse realmente vulnerable en sus manos. Es sencillamente una mujer, que practica una estrategia por lo visto tan antigua como la cerveza, sin haber caído en desuso.
“Si me atas con siete cuerdas nuevas (y otros supuestos métodos para dominar su fuerza), perderé mi fuerza y podrás hacer de mí lo que quieras”, dice él; y ella prueba cada una de las maneras que él sugiere, pero ninguna es cierta: hay aquí un juego de poder, bondage primitivo, BDSM sutil… Cuando ve que es engañada uno y otra vez, ella se vuelve insoportable: él le está mintiendo, no le revela su poder, no se abandona a ella. Finalmente, él cede, agotado, agobiado: revela que su poder reside en sus cabellos: “Nunca se ha pasado la navaja por mi cráneo”.
No será por los cabellos, pareciera más bien un símbolo de rusticidad, cierto carácter virginal. Sansón es un bruto, una bestia, una especie de Parzifal.
Cuando finalmente revela su secreto, cae en un sueño mágico, extraordinario, del que no se despierta aunque le estén rapando el cráneo. Quién sabe cuál es el significado real de este sueño enfermizo (o revelador). ¿Y cuál es el significado del gesto de Dalila? Igual que Judas, no parece estar tan interesada en las monedas: ella está tratando de comprobar otra cosa. Quiere saber si puede tener a este hombre en su poder, si puede efectivamente dominarlo completamente. Pareciera que estuviera tratando de probar algo que tiene que ver con su vida pasada, que estuviera tratando de redimir algún episodio anterior, que quisiera demostrar su propia fuerza, al domar al invencible. Quizás el hecho de que llame a los filisteos para que vean a Sansón en su poder, responda únicamente a la necesidad de testigos de su hazaña y de su poder.
Entonces él se vuelve ciego (otra alegoría, evidentemente).
Cuando es hecho preso, se lo ata a un molino para que muela el grano de los filisteos… pero esta imagen puede estar escondiendo el hecho de que fuera usado como macho para impregnar a las filisteas y que éstas pudieran mejorar su raza con hombres gigantescos y descomunalmente fuertes: se dice que Goliat podría haber llevado sus genes.
El final en el templo, cuando produce un terremoto matando con su muerte a más enemigos que mientras estuvo vivo, cierra la historia pero no aporta nada nuevo. Probablemente, dentro de los designios de dios no era más que un destructor, un instrumento ciego de la furia divina. Para algo necesitaría dios destruir a tantos filisteos, así como necesitó enviar incendios, y un diluvio en determinada ocasión, pero su historia de amor (su aprendizaje, su camino de iniciación, el mapa que dirige su destino) concluye cuando él se pone finalmente en manos de ella y revela su secreto,
HORIZONTE 9
te he visto seductor, brillante
como una muchacha sonriente y descarada
de brazos invitantes
juguetona y lánguida y perlada
te he visto calmado, indiferente
callado en el monótono repetir
de letanías iguales
opaco
te he visto tenebroso, rumiando
memorias atávicas, rencores
escupiendo peñascos de coral y concha fósil
como se escupe el hueso de la fruta
…y he sido
contigo